EL PODER DEL PENSAMIENTO POSITIVO
©Giuseppe Isgró C.
L
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as personas cuyo pensamiento es positivo,
encuentran los mejores resultados en las condiciones menos favorables.
William James, clasificó a los seres
humanos en dos clases específicas: Los de “espíritu vigoroso” y los de “espíritu
débil”.
El pensamiento positivo es una
característica esencial del ser humano de “espíritu vigoroso”.
Este tipo de personas, en todos los niveles
existenciales, posee una cierta potencia interior que le hace enfrentarse a los
obstáculos con actitud decidida y voluntad de vencer, por lo cual recibe la
mejor tajada que la vida puede ofrecer en cada situación.
El pensamiento, en sus manifestaciones,
sigue dos corrientes mentales, una positiva, otra negativa. Ellas representan
las mismas fuerzas opuestas –o
de doble polaridad-, que operan en el cosmos, en correspondencia con los
valores universales como el amor, la justicia, la fortaleza o coraje, la
bondad, la belleza, etcétera, y sus respectivos anti-valores. Cuando la persona
mantiene una de las dos, en su mente, establece, automáticamente, contacto con
su “semejante” de la naturaleza y se constituye en canal a través del cual
fluye dicha energía con sus consecuencias afines.
Cuando se proyecta un pensamiento, éste recorre una
trayectoria, en forma de hipérbole, durante la cual se asocia con pensamientos
afines, -de la ecología mental- cargándose con sus fuerzas, cuya potencia
canaliza –al regresar al punto de origen-, en la mente emisora;
si era de índole positiva, recibe un estímulo que ayuda, a la persona, en su
obra. En caso de tratarse de uno negativo, el resultado será opuesto.
Haz del pensamiento positivo una herramienta poderosa
de trabajo. Cuando se infiltra, en la mente, un
pensamiento negativo, sustitúyalo, inmediatamente, por otro opuesto positivo.
La clave consiste en abrir la ventana
de la mente, a la luz, para que la oscuridad se evacue por si sola.
Habla positivamente, de éxito, progreso y felicidad,
enfocando el lado creativo de la vida; dicha sintonía servirá de canal para que
esas cualidades, y condiciones, se
plasmen en tu vida.
El pensador positivo obtiene resultados y,
como lo expresó el autor en su poema Las Rosas, -que bella es la vida, que hasta las más horrendas espinas, poseen
hermosas flores-.
Adelante.
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