EN LO QUE VES, TE CONVIERTES
©Giuseppe Isgró C.
En los manuscritos de Qümram, uno de los rollos revela un
principio esotérico atribuido al hermano Jesús de Nazareth, el cual expresa:
-“En lo que ves, te convertirás”-.
Las investigaciones efectuadas en el campo de la
Psicología reafirman la importancia y veracidad del mismo. -¿Qué ves en la
vida? -¿Abundancia, felicidad, progreso, justicia, rectitud, armonía,
benevolencia, virtudes, trabajo eficiente, alegría, belleza, etcétera, o, lo
contrario?
En lo que ves tenderás a convertirte, hasta hacerlo
realidad. Ver uno u otro aspecto de la vida implica sintonía y una actitud
determinada de pensar. Por ejemplo, al contemplar un vaso lleno hasta la mitad,
¿cómo lo ves?, ¿medio lleno o medio vacío?
Ese hecho tan sencillo indica enfoque positivo o negativo
frente a la vida. Medio vacío, estaría indicando que observas el lado negativo
de las cosas. Medio lleno, el positivo. La diferencia consiste en que cada
quien obtiene lo mismo que refleja su visión, y, además, se va transformando,
gradualmente, en el producto de la misma.
La sintonía con determinada frecuencia de la ecología
mental del universo, funge de canal a través del cual se manifiestan fuerzas
positivas o negativas, que, por medio de cada persona, buscan una vía de
auto-expresión.
Un pensamiento positivo se carga con la fuerza de
pensamientos afines y genera estímulos positivos.Es como seleccionar uno de los
dos canales de una autopista: el rápido o el lento. En uno se fluye con mayor
rapidez y facilidad que en el otro.
Cada quien puede contribuir a acentuar el lado positivo
de la vida, por ejemplo: los medios de comunicación tienen a su alcance la vía
para transformar a la sociedad, plasmando sólo mensajes positivos en las
informaciones; eliminando todo lo negativo y sustituyéndolo por los aspectos
favorables de las situaciones.Si una persona fue artífice de un hecho poco
favorable, simplemente se le ignora; se publican solamente las acciones
ejemplares, como, por ejemplo: los de honradez, los de justicia y equidad, los
de éxito y triunfos, las reseñas biográficas de personajes ilustres para que
sirvan de paradigmas, etcétera. Prestar atención únicamente a casos donde los
administradores, públicos o privados, han logrado efectividad.
Por el principio antes expuesto: -“En lo que ves, te
convertirás”-, viendo tantos ejemplos positivos, por la ley de atracción, se
van emulando cada vez en mayor gradoy la gente, para tener acceso a los medios
de comunicación deberá realizar obras importantes y positivas, caso contrario,
se le negará, el mismo, como si inexistiera.
Es muy sencillo; y, contrariamente a lo que pudiera
pensarse, se venderían más ejemplares de los periódicos y se atenderían más las
noticias por radio y televisión.
Se está ya en una nueva era, la cual fue anunciada de
múltiples formas por diferentes corrientes filosóficas. En una sociedad
armónica, estos principios se aplican con fidelidad.
El poeta, canta el lado positivo de la vida y exalta las
grandes virtudes y valores, por eso Homero, -el maestro de la edad de oro
griega- sigue siendo una de las fuentes más importantes de líderes y
pensadores; el pintor, plasma aspectos de belleza y armonía; el pedagogo, y los
padres, estimulan las cualidades positivas del niño, con la enseñanza y el
ejemplo; el trabajador, el ejecutivo, el empresario, el científico, el
investigador, el inventor, el político y todas las personas en general, piensan
en las posibilidades factibles en vez de las imposibilidades, alcanzando los resultados
previstos.
Al hablar con cualquier persona que refiera hechos
negativos ocurridos a ella misma u otros, hay que indicarle, con tacto, que
cuente sólo lo bueno.Por la ley de atracción,-o asociación magnética de
ideas-cada quien se va recordando de otros análogos, acentuando la sintonía
correspondiente que abre los canales para atraer lo mismo que ve, habla, lee,
escribe, piensa y escucha.
La pantalla de la mente solamente puede albergar una sola
índole de pensamientos, a la vez: positivos o negativos. El uno desplaza al
otro, por cuanto constituyen una misma escala, en diferentes grados, desde el
cero al infinito, en ambas polaridades; al reubicarse, tanto cualitativa como
cuantitativamente, en el nuevo rango vibratorio, la persona, en ese nivel,
atrae lo que quiere, y repele, simultáneamente, lo que no desea.
Las imágenes que se canalizan en la pantalla mental
tienen fuerza de atracción o repulsión. Es decir: pensamientos positivos atraen
lo positivo y repelen lo negativo; pensamientos negativos, atraen lo negativo y
repelen lo positivo. Los opuestos jamás se juntan.Por lo cual, hay que
desarrollar una sintonía positiva frente a lo que se ve o hace, de manera que,
la persona, vaya transmutándose, gradualmente, en el mismo estado –o grado- de
las cosas elevadas que, en su paso por la existencia, va observando o
concibiendo por medio de su conciencia intuitiva que le inspira, creativamente,
nuevas y mejores formas de crear e innovar bienes y servicios.
El primer paso, para sintonizarse positivamente, es la
gratitud, es decir, dar las gracias al Creador, y a la vida, por lo que se
tiene, en vez de lamentarse de lo que se carece.
Si ves lo que tienes y además muestras gratitud, por la
ley de atracción, aumentas tus posesiones.Esa es una de las grandes leyes del
universo. Funciona en cualesquiera de las dos polaridades que elijas o en que
la apliques. Haz, ahora mismo, una lista de cien o más de las cosas buenas que
posees por las cuales puedas mostrar gratitud frente a la vida y al Creador
Universal. Visualízalas, rememora tus momentos de grandes, o mejores, éxitos.
Empieza escribiendo las que recuerdes; en las horas siguientes, comenzarás a recordar
muchas más. Anota todas las que te vengan a la mente. Revisa la reseña
periódicamente.
Al traer de nuevo, a la pantalla mental, las imágenes de
éxitos pasados, éstas desplazan, automáticamente, otras menos positivas, y, por
la ley de asociación magnética, generan imágenes análogas, que, por su fuerza
de atracción, contribuyen a traer, a la propia vida, más cosas buenas de la que
se poseen. Es decir, se incrementa aquello en que se centra la atención y se
expresa gratitud.
Es igualmente recomendable, adoptar la costumbre de
hablar de las cosas buenas que tiene el planeta tierra–y el país en que se
vive-, para estimular su desarrollo. Se sugiere hacer una lista de las cien
mejores cosas –o fortalezas- que tiene tanto la Nación como la propia región.
Las que requieren cambio, en vez de expresarse poco
favorablemente de ellas, es deber de todos ayudar a corregirlas. Aquellos que
lo hacen, aprovechan las oportunidades y fuente de riqueza y crecimiento
personal y profesional que les son implícitas.
Ambas condiciones –de fortalezas y carencias-
proporcionan la debida visión de liderazgo efectivo e imprimen el sentido
direccional a la acción creadora, cualitativa y cuantitativamente hablando,
para optimizar los beneficios de las primeras y transmutar, positivamente, las
segundas, en fuente de riqueza integral segura y confiable, a corto, mediano y
largo plazo.
Seleccione, cada persona, las situaciones en cuyas
soluciones desea asumir un compromiso de cooperación social, como misión de
vida, con lo cual experimenta, enseguida, una fuerte y poderosa sensación -y/o
sentimiento- de autorrealización.
Eres artífice de un mundo cada vez mejor;de un país
acorde con los elevados ideales de los Forjadores de la Patria y de la
Humanidad. Ayuda a difundir, cada vez más, un mensaje positivo que ilumine el
presente y abra el camino del porvenir anhelado.
Adelante.
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